Una estación de radio establecida en la Costa Central de California que transmite las 24 horas con una programación diversa, conectando con una audiencia multicultural a través de contenidos de educación, salud, cultura, economía y más. Nuestra visión es clara: ser un medio confiable y de impacto social, abierto a alianzas estratégicas y comerciales que fortalezcan el desarrollo de nuestra comunidad y generen crecimiento mutuo.
Nuestra historia comenzó en agosto del 2002. Ese mes encendimos por primera vez la señal en la 1480 AM, en la Costa Central de California, Estados Unidos, y también en streaming por internet. Desde allí lanzamos un mensaje claro y vibrante: predicar el Evangelio de Jesucristo acompañado de música cristiana de todos los géneros.
A las 6 de la mañana abríamos con un programa especial: El Tianguis. ¡Imagínate! Era como el “mercado sobre ruedas”, pero en el aire. La audiencia llamaba para anunciar ventas, servicios o simplemente conversar. Con el paso del tiempo se convirtió en un fenómeno popular, siempre acompañado de bendiciones y un “Jesús te ama” que resonaba en cada emisión.
Las llamadas no paraban en todo el día: la gente quería saber más de lo que se anunciaba, pero sobre todo se sentía parte de algo nuevo. Y a las 9 AM llegaba Entre Amigas, con Norma Hidalgo y Elsa Ramírez, un espacio de educación familiar y formación de los hijos. La radio empezaba a convertirse en un hogar.
Muy pronto organizamos conciertos, eventos comunitarios y celebramos nuestro primer Festival de la Unidad: ¡dos días de música con lleno total! La atmósfera estaba cargada de alabanza, comunión y esperanza.
Y como nos encanta innovar, en Acción de Gracias lanzamos un concurso único en la Costa Central: regalamos pavos para la cena. ¿Cómo? Al sonar una canción específica, los oyentes debían llamar; al escuchar el canto del pavo, marcar el número 5 del teléfono, y enseguida se escuchaba un disparo. Si atinaban, ¡el pavo era suyo!
Durante dos semanas, toda la región estuvo pendiente. Entre “disparos” que pegaban en la pared o casi al locutor, las risas no faltaban. Y en medio de ese alboroto, hablábamos de Jesús, el Señor y Salvador. El resultado: vidas transformadas, gente saliendo de drogas, alcohol, delincuencia y pornografía. Familias enteras fueron restauradas. Cristo estaba obrando en la Costa Central, y la radio era un canal poderoso en sus manos.
Una noche, mientras manejaba por la Blosser, oraba en silencio:
—Señor Jesús, danos una radio FM en tu nombre.
De pronto, al llegar a la Skyway Dr., tuve una visión. Vi que era de día como la mañana, vi antenas de radio, parabólicas y unas puertas de vidrio con números y letras doradas. Me fijé en la frase que decía: Christian Talk Radio. En un instante regresé a la realidad: seguía conduciendo en medio de la oscuridad.
No entendía en ese momento lo que pasó.
La radio se sostenía gracias a oyentes fieles, personas que con su granito de arena o un generoso aporte mantenían la obra viva. Pero llegó la noticia: el alquiler subiría. Éramos un éxito y, en este mundo capitalista, ¡si tienes audiencia, suben los precios!
Generábamos rating, pero no ingresos al mismo nivel. Y allí vino el reto: si no aprendes a monetizar, los desafíos crecen. Ese fue nuestro examen real de fe… y de marketing.
Nuestro pastor y CEO, Miguel Hidalgo, conversaba con el Pastor Steve Cox de la KGDP 660 AM. Ellos iban a inaugurar una nueva frecuencia: la 90.7 FM. Presentamos el proyecto, pero la respuesta tardaba y el tiempo se agotaba.
Fue conmovedor. La gente lloraba en las oficinas. Parecía un final. Pero en medio de la tristeza, un siervo se levantó con una palabra:
—¡Sequen sus lágrimas! Esta obra recién empieza, no ha terminado.
No quiso despedirse al aire. En lugar de eso, abrió las ventanas y proclamó:
—¡He conocido a un Dios que no ha conocido derrota!
Puso alabanzas, animó a la audiencia, y entonces el pastor Miguel entró al aire. Pidió perdón por la duda y afirmó que debíamos confiar en Jesús. Y justo en ese momento sonó el teléfono: era el Pastor Steve Cox.
—El proyecto ha sido aprobado. La 90.7 FM es de ustedes.
¡Gloria a Dios! Pasábamos de la 1480 AM a la 90.7 FM, con mayor cobertura: de Lompoc a Santa Maria y San Luis Obispo.
Había un detalle pendiente: la licencia. Sin ella, no podíamos salir al aire sino hasta dentro de un mes. Al mediodía oramos con fervor:
—Señor Jesús, envíanos la licencia lo más pronto posible.
El viernes a medianoche salimos del aire. Pero el pastor convenció a la 1480 AM para que nos concedieran el fin de semana transmitiendo grabaciones.
Parecía que la espera sería inevitable…
Pero el domingo sucedió el milagro. La esposa del dueño de la 90.7 FM revisó nuevamente el buzón de su casa. Ya había sacado el correo el día anterior, pero algo la inquietó. Pegado a las paredes del buzón encontró un enorme sobre blanco. Lo abrió: ¡era la licencia del FCC! Inexplicable, porque el servicio postal no trabajaba ese día. Se suponía que la licencia llegaría en un mes.
El lunes corrimos para poner todo en orden. Esa misma mañana salimos al aire en la 90.7 FM. No esperamos un mes. Dios respondió inmediatamente.
Y al llegar a la nueva estación, vi lo imposible: antenas, parabólicas y puertas de vidrio con letras doradas que decían: KGDP 660 AM Christian Talk Radio. Era exactamente la visión que Dios había dado aquella noche.
La nueva señal estereofónica nos permitió innovar. Producimos promos envolventes que hacían que la música girara dentro de los autos. Organizamos la programación con géneros variados: tropical, regional mexicano, rock, pop, boleros cristianos a las 9 de la noche, y las alabanzas tradicionales que nunca podían faltar.
Pero lo más importante seguía siendo lo esencial: la Palabra de Dios basada en el Evangelio. Porque el hombre no vive solo de pan.
El impacto fue inmediato. La Costa Central vivía un tiempo de mucho legalismo y doctrinas erradas. La radio se convirtió en un canal de gracia, verdad y de restauración. Gente dejando vicios, familias restauradas, corazones transformados.
Desde el 2003 seguimos con el Festival de la Unidad, año tras año, testigos de que cuando la fe se vive con obras, Dios hace lo imposible posible.
Sí, hubo problemas y complicaciones, porque pelear la batalla de la fe nunca es fácil. Aprendimos a decir como aquel padre en el Evangelio:
—Creemos, Señor, pero ayuda nuestra poca fe.
Necesitábamos subir la antena para que pudiera entrar la señal a todo San Luis Obispo, pero los defensores de unas iguanas en extinción nos hicieron juicio. Y si subías a la montaña, no se encontraba con ninguna iguana; aun así, no nos permitían subir la antena.
Nos pusimos a orar, a pedir y pedir, y de repente el FCC nos autorizó movernos de la frecuencia 90.7 a la 90.5 FM, con la cual podíamos llegar a más lugares sin necesidad de subir la potencia.
A veces reímos a carcajadas, danzamos, bailamos. Cómo no recordar los barbecue al aire libre, y un grupo musical tocando lo mejor de todo, con el sol en su esplendor. La venta de tamales que, a veces, no logramos vender y teníamos que regalarlos, hasta que aprendimos que primero había que marketear, y entonces antes de las 11 AM todos los tamales estaban vendidos y la gente seguía llamando por más.
Pero también lloramos. Tuvimos tiempos de aflicción, cuando todo sale al revés, cuando no se alcanza la meta, cuando uno decide tirar la toalla e irse como Pedro a remendar redes: “¿Qué pescador de hombres? Me voy a lo mío, a los peces”. Sí, es verdad. Pero nunca falta que Dios te envíe a alguien para decirte que todo está bien, y uno lo ve y piensa: “¿Vino de ti, Dios mío, o te lo mando?”.
De repente te das cuenta que esa palabra te da vida, te anima a creer aunque todo te diga que no, y se produce el milagro: lo imposible es posible, y regresan las risas, los cantos, la alabanza, el baile, y los tacos, los tamales y el barbecue.
Dios nos sorprende y nos da la certeza de que nos ama, de que está con nosotros, de que sigamos adelante motivando y empoderando a la audiencia, porque ellos son los primeros que necesitan a Jesucristo.
Así pasaron los años. Ya no alquilamos estaciones de radio, porque Dios nos dio estación de radio propia: la 88.9 FM en la Costa Central de California.
Y del barbecue pasamos a las polladas: pollo a la leña, en cantidades industriales. Empezamos a las 4 AM y durante todo el día. Terminábamos oliendo a leña y ni con un baño se nos iba, pero era necesario para sostener la radio, para que el Evangelio sea predicado, para ser una luz en medio de la oscuridad. Bendiciendo a la comunidad, haciendo mejores ciudadanos, personas de valor, íntegros, honorables.
De las polladas a los conciertos. Con el precio de las entradas obtendríamos ingresos. El problema era que todas las entradas no se vendían. Encima, lidiar con la gente que hacía fila para entrar, los que no respetaban el orden o los que llegaban diciendo: “Soy amigo del pastor”, y el pastor haciendo mil cosas y no podía atender a los que lo buscaban. Pero no había suficiente gente y el pastor daba la orden: “¿Saben qué? Dejen entrar a todos sin pagar”. Y en ese momento había multiplicación de gente, se llenaba a reventar, y aún afuera quedaba mucha gente queriendo entrar.
El milagro sucedía: la comunidad crecía, las risas regresaban y la fe se fortalecía.
Aprendimos que un negocio o un proyecto no siempre funciona al primer intento; se requiere estrategia, marketing y organización. Al dejar entrar a la gente y aplicar la ley de Pareto, incluso las dificultades se transforman en oportunidad: la radio tiene poder de convocatoria, y la audiencia es un activo invaluable.
Comprendimos que estamos bendecidos, pero tenemos que hacer nuestra parte. Dios no es mágico. Nada le es imposible. Solo tenemos que creerle y caminar en fe, obrando, haciendo nuestra porción. Es Dios el que se glorifica.
El mayor logro no se mide en dólares, sino en vidas transformadas. Gente creyendo en Jesús, familias restauradas, corazones sanados.
Hoy llevamos 23 años desde la 1480 AM, y vamos rumbo a los 25. Parece que fue ayer, pero Dios nos ha hecho caminar lejos.
Síguenos, hazte parte de la obra, escúchanos y recibe bendiciones.
Gracias por tu atención.
Pastor Miguel Hidalgo
CEO Radio Visión 88.9 FM
La aplicación está diseñada exclusivamente para dispositivos móviles (Android/iOS) y no es compatible con computadoras.
Para instalarla:
1. Accede desde tu teléfono o tablet al enlace: http://radiovisionfm.com.
2. Busca y selecciona la opción “Instalar app”.
3. Sigue las instrucciones que aparecerán en pantalla.
¡Listo! Ya podrás disfrutar de nuestra app.
Gracias por tu interés.